"Enamorados de la Plaza de Toros". Miguel O. Menassa. 2008
El
problema económico del masoquismo - 1924
La aparición de la tendencia masoquista en la
vida instintiva humana plantea, desde el punto de vista económico, un singular
enigma. En efecto, si el principio del placer rige los procesos psíquicos de
tal manera que el fin inmediato de los mismos es la evitación de displacer y la
consecución de placer, el masoquismo ha de resultar verdaderamente
incomprensible. El hecho de que el dolor y el displacer puedan dejar de ser una
mera señal de alarma y constituir un fin, supone una paralización del principio
del placer: el guardián de nuestra vida anímica habría sido narcotizado. El
masoquismo se nos demuestra así como un gran peligro, condición ajena al
sadismo, su contrapartida. En el principio del placer nos inclinamos a ver el
guardián de nuestra existencia misma, y no sólo el de nuestra vida anímica. Se
nos plantea, pues, la labor de investigar la relación del principio del placer
con los dos órdenes de instintos por nosotros diferenciados -los instintos de
muerte y los instintos de vida eróticos (libidinosos)-, y no nos será posible
avanzar en el estudio del problema masoquista antes de haber llevado a cabo tal
investigación.